El miedo no es lo que me va a detener, es lo que me va a impulsar.

Sentir miedo es fácil. Cualquier situación, aviso, notificación o llamada puede desencadenarlo, muchas veces haciéndome esperar que algo esté ocurriendo o vaya a suceder en mi vida, en mi trabajo o a mi alrededor.

Son miedos que yo mismo construyo o imagino, miedos provocados por factores externos o incluso transmitidos por otras personas hacia mí.

Sin embargo, no voy a permitir que el miedo dicte mis movimientos, mis decisiones o mi vida. En lugar de eso, lo convertiré en un aliado para la toma de decisiones, un motor que me ayude a desarrollar todo lo que tengo por hacer. Si manejo bien esos miedos, los momentos de pánico o estrés se transformarán en un impulso, una señal de que estoy creciendo y avanzando hacia otro nivel.

Cuando entro en zonas donde el miedo, la incomodidad y la dificultad están presentes, debo recordarme que estoy subiendo mi nivel. Afrontar y superar estas situaciones que me generan miedo me elevará, tal como ha sucedido antes. En ocasiones anteriores, enfrenté miedos e incomodidades que intentaron detenerme, pero los superé, ganando experiencia y preparación para los nuevo desafíos.

El miedo no será más que un indicativo de que estoy creciendo. No lo voy a ignorar; lo voy a enfrentar, trabajar y utilizar como un catalizador para mi progreso.

Deja un comentario